Alhucema o espliego o Lavandula angustifolia

Nombre científico del Alhucema o espliego

El nombre o denominación científica del Alhucema o espliego es Lavandula angustifolia. Los biólogos usan el nombre científico Lavandula angustifolia para diferenciarlo en las distintas clasificaciones de la especie naturales escritas en los códigos internacionales única en cualquier lengua.

El nombre científico del Alhucema o espliego, Lavandula angustifolia proviene del latín.

 

Descripción del Alhucema o espliego o Lavandula angustifolia

La Alhucema o espliego o Lavandula angustifolia es un arbusto que presenta las hojas opuestas, simples, enteras y pinatífidas. Tiene inflorescencias de tipo verticilastro dispuestas en pisos separados a lo largo del eje florífero, axilados por brácteas florales y una corona de brácteas que aparecen a lo alto de la inflorescencia, cuya función es atraer a los insectos polinizadores. Las flores son de color azul-violáceo, pequeñas, con un cáliz tubular y cuatro estambres. La planta florece en verano y la recolecta de sus flores para aplicaciones medicinales se lleva a cabo en los meses de julio y agosto.

 

Usos del Alhucema o espliego o Lavandula angustifolia

La lavanda es una especie endémica de la región mediterránea occidental y no es posible encontrarla salvaje en ninguna otra parte del mundo. Además de emplearse como planta ornamental en parques y jardines el aceite esencial que puede extraerse de ella tiene numerosas aplicaciones medicinales, como por ejemplo el tratamiento del insomnio, las heridas y quemaduras, los resfriados y la sinusitis, los dolores de garganta, el reuma o también la desparasitación de piojos. La recolección de las flores es muy frecuente para su uso en perfumería o como ambientador natural.

La utilización del Alhucema o espliego o Lavandula angustifolia es frecuente en Europa y América.

 

Otros datos de sobre el Alhucema o espliego o Lavandula angustifolia

El uso de la lavanda por el hombre tiene una historia milenaria, y aunque existen muchas teorías sobre el origen de su nombre, se piensa que el término proviene de la voz latina «lavere» que significa «lavar», ya que los antiguos romanos solían añadir aceite de lavanda en sus conocidos baños públicos.

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